
¿Interlingua? ¿Y si te dijese que puedes tomar un atajo para aprender una lengua romance, ya sea francés, italiano o rumano? ¿Y si te dijese que hay otra lengua romance más simple que cualquiera de ellas?
Este es el caso de interlingua. Una lengua que sirve como puente y que destaca por su alto grado de comprensión con el resto de lenguas romances. Esto no quiere decir que uno ya pueda hablar la lengua sin estudiarla, como algunos proclaman. Pero sí que puede convertirse en un instrumento atractivísimo para todo aquel que quiera estudiar una lengua romance.
Orígenes y principios de interlingua
La historia de Interlingua comienza en la primera mitad del siglo XX, cuando Alice Vanderbilt Morris, miembro de la influyente familia Vanderbilt, descubrió un folleto sobre Esperanto, la lengua artificial más conocida y exitosa de la época. Fascinada por la idea de un idioma auxiliar internacional, pronto se convirtió en hablante de Esperanto y defensora del concepto.
Sin embargo, con el tiempo llegó a la conclusión de que el problema de una lengua auxiliar debía abordarse desde un enfoque más objetivo y científico. Con este propósito, en 1924 fundó, junto a su esposo, la International Auxiliary Language Association (IALA). Su objetivo inicial era analizar las numerosas lenguas auxiliares propuestas y determinar cuál sería la más adecuada.
Tras más de una década de estudios, la IALA concluyó que ninguna de las opciones existentes, ni siquiera el sólido esperanto, cumplía con los criterios científicos y lingüísticos necesarios. En 1937, la institución cambió su enfoque. En lugar de elegir una lengua preexistente, crearía una nueva siguiendo principios racionales y basados en la realidad lingüística.
El proyecto contó con la participación de destacados lingüistas internacionales como Edward Sapir, Morris Swadesh y Otto Jespersen. Más adelante, figuras como Edward Collinson, Clark Stillman y André Martinet se sumaron al equipo. Hasta que finalmente Alexandre Gode asumió la responsabilidad de desarrollar la versión definitiva de Interlingua.

Método de interlingua
Pero ¿cómo crear esta lengua? Clark Stillman se encargó de delinear los principios de extracción de vocabulario para esta lengua internacional. Partió del principio de que, debido a las distintas olas colonizadoras y por su importante historia cultural, las lenguas europeas tenían un alcance universal. Así, el sustrato común derivado de las mismas formaban ya un léxico internacional. Así cinco lenguas son consideradas inicialmente: inglés, francés, italiano, español y portugués. Debido a la inmensa cantidad de vocabulario compartido entre el español y el portugués (más de un 85%), serían tratadas como una sola a efectos de la extracción de vocabulario para lo que devendría interlingua.
Además, aunque no tuvieron una presencia colonizadora tan importante y se encuentran lingüísticamente algo más alejadas que aquellas cinco entre sí, se consideró dar un estatus especial secundario al alemán y el ruso, debido a su importante presencia y por ser también receptoras de cierto vocabulario internacional latente, de origen greco-latino.
Y he aquí que nace el primer principio para determinar si un vocablo es suficientemente internacional para formar parte del léxico de esta interlingua. Si una palabra está presente en tres de estas cuatro lenguas fontales, pasará a formar parte de manera automática de la lengua. Si una palabra está presente en dos de ellas, el alemán y el ruso podrán fungir como la tercera lengua de apoyo.
Pero ¿cuál forma elegir?

¿«Vida» como en español y portugués? ¿«Vita» como en italiano? ¿«Vie» como en francés? La respuesta es más sincrónica que diacrónica: la forma ancestral común es la que forma parte de la lengua. Entre estas distintas formas para esta palabra, el ancestro es «vita», como en italiano (que no la del italiano), por lo que es la forma interlingual.
Una vez resuelto el tema del vocabulario, al menos en su vertiente teórica, hubo que determinar los planos gramatical y sintáctico. Para esto, la IALA envió un cuestionario a miles de profesores y profesionales para determinar su forma preferida entre cuatro, en un espectro que iba desde una opción totalmente naturalista hasta una totalmente esquemática. Las dos opciones más naturalistas ganaron, así que ese fue el fin que se propusieron alcanzar.
Además, como buscaba una simplificación que no resultase alienígena a las lenguas fontales, se decidió una simple regla para determinar si un principio gramatical sería parte de la interlingua. Si una característica no se encuentra presente en alguna de las lenguas fontales, esta no aparecerá tampoco en interlingua. De ahí que en interlingua no exista concordancia de género y número entre adjetivo y sustantivo. O que la forma continua no esté morfologizada en la interlingua.
La siguiente frase puede servir como ejemplo de los principios hasta ahora expuestos:
Le vita amate es ancora a fluer
«La vida amada todavía está fluyendo».
Inteligibilidad y uso
Una de las características que hace a la interlingua atractiva es su alta inteligibilidad para hablantes de lenguas romances. Esto se debe a su base común de vocabulario derivado principalmente de los idiomas más influyentes en la familia romance. El español, el italiano, el francés, el portugués y, en menor medida, el rumano. Sin embargo, aunque el reconocimiento de palabras es instantáneo para muchos hablantes nativos de estas lenguas, es importante destacar que la comprensión no es total ni automática, y hay diferencias que requieren cierto aprendizaje. Tomemos la siguiente frase como ejemplo:
Interlingua: Nos ha mangiate tote le pan.
Español: Nos hemos comido todo el pan.
Italiano: Abbiamo mangiato tutto il pane.
Francés: Nous avons mangé tout le pain.
Portugués: Comemos todo o pão.
Rumano: Am mâncat tot pâinea.

Fácil, ¿no?
Frases de este tipo son las que suelen usarse para evidenciar cómo interlingua es «automáticamente inteligible». O que un hablante romance «puede comprenderla y hablarla sin estudiarla» (!!!). Como vemos con ese ejemplo, también el italiano y el francés son «automáticamente comprensibles» para un hispanófono. ¡Pero hay que ser muy valiente para decir que no requieren estudio para entenderlo o hablarlo! Esto es lo que se conoce como sesgo de confirmación, un tipo de falacia de evidencia incompleta. Para apoyar la tesis de uno, solo se escogen los datos que apoyan dicha tesis. Escojamos otro ejemplo, para ver cuánta comprensibilidad un lector hispanófono posee de esta frase:
Illi frue nunc ibi.
Ahora no es tan sencillo, ¿verdad? No me malinterpretes. Cierto es que interlingua posee una inmensa cantidad de vocabulario compartido con las (demás) lenguas romances, del mismo modo que estas entre sí, y que es más inteligible a primera vista y sencilla de aprender que las naturales, pero no hay que dejarse engañar. Siempre he encontrado muy dañina la falsa propaganda. Crea expectativas que no son reales y que pueden llevar a una desilusión que daña el propósito de cualquier publicidad: expandir una empresa. Un punto en que sí podemos ser fieles a la verdad diciendo algo atrevido es con la gramática. La de interlingua es más sencilla que la de las lenguas romances naturales.
Ah, la frase de arriba dice «ellos ahora gozan allí».
Gramática y simplicidad
Una de las características que hace a Interlingua tan atractiva para quienes buscan aprender una lengua romance de manera eficiente es su gramática simplificada. En comparación con las lenguas romances naturales, que suelen tener una gramática compleja con múltiples conjugaciones verbales y reglas de concordancia, Interlingua reduce estas complejidades al mínimo, lo que facilita el aprendizaje y la comprensión.

Conjugaciones simplificadas. En lenguas como el español, el italiano o el francés, los verbos tienen conjugaciones complejas que varían según la persona, el tiempo, el modo y otros factores. En interlingua, en cambio, los verbos se conjugan de manera mucho más sencilla, con formas regulares que no requieren memorizar demasiadas excepciones. Olvídate, por ejemplo, de la flexión de persona en los mismos: “como” es “io mangia”, al igual que “comemos” (“nos mangia”) o “coméis” (“vos mangia”). A su vez, no existe una forma diferente para el subjuntivo, por lo que su construcción es un calco del ingleś. “Si hubieses venido” no requiere una forma verbal totalmente diferente en interlingua (ni en inglés), sino que se usa la misma forma que el indicativo: “si tu habeva venite”.
Ausencia de concordancia de género gramatical y número. En las lenguas romances, los sustantivos se clasifican en géneros (masculino y femenino) y números (singular y plural), y tanto los artículos como los adjetivos deben concordar con el género del sustantivo. En interlingua, esta necesidad de hacer concordar los adjetivos y los artículos desaparece. Así, una frase como «las bellas canciones, los bellos muchachos y la bella bandera» es «le belle cantiones, le belle pueros e le belle bandiera». Aquí, el artículo y el adjetivo tiene una única forma (“le” y “belle”), sin necesidad de concordar en género y número.
Interlingua como herramienta propedéutica
El estudio de Interlingua puede ser una excelente herramienta propedéutica, especialmente para quienes desean aprender otras lenguas romances. Su vocabulario compartido y su estructura simplificada permiten a los estudiantes familiarizarse con los elementos comunes entre estas lenguas. Esto facilita el aprendizaje de idiomas como el francés, el italiano, el español, el portugués o incluso el rumano. Interlingua actúa como un puente entre estas lenguas, proporcionando una base sólida y comprensible que prepara a los estudiantes para abordar los desafíos lingüísticos de manera más eficiente.
El principal beneficio de aprender interlingua antes de estudiar una lengua romance más compleja es que ofrece una introducción sin las complicaciones de las variaciones dialectales y las complejidades gramaticales que pueden encontrar los principiantes en lenguas como el francés o el italiano. Al aprender interlingua, los estudiantes no solo incrementan su comprensión de estas lenguas, sino que también desarrollan una mayor conciencia de las similitudes y diferencias entre ellas.

Por ejemplo, supongamos que un estudiante aprende interlingua antes de estudiar francés. A través del vocabulario común y las estructuras gramaticales sencillas de Interlingua, este estudiante se familiariza con palabras y expresiones que aparecerán en francés. Tomemos como ejemplo «mangiar” (“manger” en francés, “comer” en español) o “assatis” (“asez” en francés, “suficiente” en español). Además, la forma regular de los verbos y la ausencia de complicadas conjugaciones en interlingua prepara al estudiante para enfrentar las conjugaciones en francés, que, aunque más complejas, resultarán más comprensibles y fáciles de aprender tras haber dominado la base simplificada de interlingua.
Interlingua no solo ayuda a comprender las lenguas romances a un nivel superficial, sino que también proporciona un marco de referencia que permite aprenderlas con mayor facilidad, aumentando la motivación y reduciendo la frustración en el proceso de aprendizaje.
Usos actuales y comunidad
Interlingua, aunque no es una lengua ampliamente hablada a nivel global, sigue siendo un recurso valioso dentro de un nicho de hablantes y aprendices de lenguas romances. Actualmente, Interlingua se utiliza principalmente en publicaciones especializadas, foros en línea y materiales educativos. Diversas organizaciones y comunidades, como la Union Mundial pro Interlingua (UMI), mantienen recursos, materiales didácticos y publicaciones periódicas en Interlingua. Algunos ejemplos incluyen revistas como Panorama o Internovas, que están destinadas a promover la lengua y que sirven como una plataforma para que los hablantes y estudiosos de la lengua puedan compartir información y discutir temas de interés común.
Interlingua también tiene presencia en foros y grupos en línea, donde se lleva a cabo una amplia interacción entre personas de diferentes partes del mundo. Las redes sociales, aunque en menor medida, también son utilizadas para difundir contenido en Interlingua y promover el intercambio cultural y lingüístico. Podemos encontrar múltiples grupos en Telegram, WhatsApp o Facebook. A nivel educativo, muchos recursos están disponibles en línea, como cursos, que facilitan el aprendizaje de interlingua.

Uno de los roles más significativos de interlingua en la actualidad es su capacidad para actuar como un puente de comunicación entre hablantes de diferentes lenguas romances. La facilidad de comprensión que ofrece, gracias a su base de vocabulario compartido entre lenguas como el español, italiano, portugués, francés y rumano, permite que personas que no comparten una lengua materna común puedan comunicarse de forma efectiva sin necesidad de un largo proceso de aprendizaje.
Sin embargo, a pesar de sus ventajas, el uso de Interlingua enfrenta limitaciones en comparación con otras lenguas internacionales. A diferencia del esperanto, que cuenta con una comunidad de hablantes más activa y un respaldo institucional más sólido, Interlingua no tiene un soporte tan extendido ni una presencia en ámbitos globales tan destacada. Además, el hecho de que se base en lenguas romances limita su utilidad a una comunidad específica, ya que no está diseñada para facilitar la comunicación entre hablantes de lenguas no romances. Esto hace que, aunque sea una opción atractiva para hablantes de lenguas romances, su adopción más generalizada sea limitada.
Conclusión
Interlingua no es una lengua mágica que permita hablar sin esfuerzo con hablantes de lenguas romances. Si bien la alta inteligibilidad que ofrece a los hablantes de lenguas romances facilita el proceso de aprendizaje y permite una comprensión más rápida, aún requiere estudio y práctica para ser dominada. Interlingua es una herramienta valiosa que actúa como un puente, no como una solución inmediata para la comunicación fluida.
A lo largo de este artículo, hemos explorado sus orígenes, principios gramaticales simplificados y la facilidad con la que los hablantes de lenguas romances pueden reconocer su vocabulario y estructuras. Sin embargo, también hemos señalado que la comprensión inicial no es total, y que existen detalles que necesitan ser aprendidos, como cualquier otra lengua. Por eso, aunque interlingua puede parecer «automáticamente comprensible» en muchos casos, la clave está en su uso como apoyo al aprendizaje de lenguas romances, no como sustituto del esfuerzo necesario para alcanzar fluidez.
Animo a los lectores a probar interlingua como un método de aprendizaje complementario o como herramienta de comunicación entre hablantes de distintas lenguas romances. Su simplicidad gramatical y su vocabulario común lo convierten en una excelente opción para facilitar el aprendizaje de otros idiomas, y muchos encuentran en él una forma efectiva de fortalecer su comprensión de las lenguas romances.

Finalmente, es importante reflexionar sobre el papel de las lenguas auxiliares en el mundo moderno. En un mundo cada vez más globalizado, las lenguas auxiliares como interlingua ofrecen una vía para la cooperación y el entendimiento mutuo entre personas de diferentes orígenes lingüísticos. Aunque no sustituirán a las lenguas nativas, siguen siendo una herramienta poderosa para la comunicación y el intercambio cultural.